SALA DE LECTURA
Un
Historia de la Psiquiatría. De la era del manicomio a la época
del prozac
Edward Shorter
Capítulo 5
El Hiato Psicoanalítico
Muchas versiones de la historia de la psiquiatría ven al psicoanálisis como el final de la historia, la meta hacia la que todos los acontecimientos previos se encaminaban. Sin embargo, con la visión que proporciona el medio siglo transcurrido desde la muerte de Freud en 1939, podemos adoptar una perspectiva diferente, en la cual el psicoanálisis aparece no como el final de la historia sino como una interrupción de la misma, un hiato. Durante un breve periodo de la mitad del siglo XX, la sociedad de clase media quedó fascinada con la idea de que los problemas psicológicos surgen como resultado de conflictos inconscientes de acontecimientos pasados, especialmente los de naturaleza sexual. Durante varias décadas, los psiquiatras fueron proclives a adoptar esta teoría, especialmente porque permitía trasladar el lugar de la psiquiatría del manicomio a la práctica privada. Pero las ideas de Freud han sido fugaces. En una perspectiva más dilatada de la historia, sólo durante unos pocos momentos los pacientes recostados en el diván, con el analista sentado silenciosamente detrás, ocuparon el centro de la escena de la psiquiatría. Para los años 70, el progreso de la ciencia en la psiquiatría oscurecería las luces de este escenario, marginando al psicoanálisis dentro de la disciplina global de la psiquiatría. Visto en restrospectiva, el psicoanálisis de Freud aparece como una pausa en la evolución de los abordajes biológicos del cerebro y la mente, más que como el acontecimiento culminante de la historia de la psiquiatría.
Pero fue una pausa de enorme importancia para la psiquiatría. El psicoanálisis de Freud ofreció a los psiquiatras una salida del manicomio. La práctica de la psicología profunda, basada en los puntos de vista de Freud, permitió a los psiquiatras por primera vez en la historia establecerse en la práctica privada y arrebatar la psicoterapia de manos de los neurólogos. Aún más, los psiquiatras aspiraron a monopolizar de forma completa esta nueva terapia. En la mente del público, la psicoterapia y el psicoanálisis se convirtieron virtualmente en sinónimos. Si los pacientes deseaban una de las nuevas terapias profundas de moda tenían que acudir al psiquiatra, ya que la Asociación Psicoanalítica Americana insistió inicialmente en que sólo los médicos deberían ser entrenados como analistas, y más tarde, que solo los psiquiatras. Visto en retrospectiva esta pretensión parace bizarra ya que el psicoanálisis no reuqría más entrenamiento médico que la astrología, y el intento de imponer un monopolio médico sobre la técnica de Freud fue una actitud interesada para excluir a los psicólogos, trabajadores sociales y otros competidores de la recién descubierta fuente de riquezas.
Finalmente los psiquiatras psicoanalistas fueron incapaces de preservar su monopolio. Después de los años 60, todo tipo de profesionales no médicos solicitaban su admisión en los institutos de entrenamiento, al no existir razones para que un profesor de inglés no pudiera ejercer el análisis tan bien como los psiquiatras. Incluso peor, lo que se consideraba previamente la base científica del psicoanálisis comenzaba a colapsarse. No podía ser simultáneamente verdad que los problemas psicológicos fuesen causados por una relación anormal con el pecho materno y por una deficiencia de la serotonina. Según comenzaba a acumularse evidencia acerca de la base biológica de las enfermedades psiquiátricas, la psiquiatría comenzó a recuperar el fundamento científico que había perdido en el comienzo de la locura analítica: el cerebro era en efecto el sustrato de la mente. Para los años 90 la mayoría de los psiquiatras consideraban al psicoanálisis científicamente en bancarrota.
Así el modelo Freudiano del inconsciente y sus eleboradas técnicas fracaso ante la prueba del tiempo. El psicoanálisis desapareció de la psiquiatría, desacreditado como aproximación médica a los problemas de la mente y el cerebro, auqnue el psicoanálisis no médico continuaba floreciendo. Todo el asunto resultó ser un artefacto de una época. El psicoanálisis fracasó porque fue sobrepasado por la ciencia, y porque las necesidades que inicialmente encontró desaparecieron en nuestro tiempo.
Txori-Herri Medical Association, 1999