El futuro de la Mujer en la Medicina


En los actos de graduación que han tenido lugar recientemente en la Escuela de Medicina para Mujeres de la New York Infirmary, el dr Frederick Peterson, profesor de Psiquiatría, disertó sobre el futuro de las mujeres médicos ante las damas que estaban a punto de embarcarse en el proceloso mar de la práctica de la Medicina. Aunque se refirió a las dulces licenciadas con el infeliz término de amazonas, fue extraordinariamente galante al hablar de su capacidad profesional y muy optimista en relación con su futuro. Vaticinó que "con el gradual progreso de la civilización, con la lenta pero segura evolución de la sociedad, el trabajo de las mujeres médicos debe desplegarse y ampliarse hasta un punto que hoy en día no podemos siquiera imaginar". En este sentido, afirmó que aunque en la actualidad su trabajo se centra principalmente en la atención a mujeres y niños, se empieza a entrever un campo de actuación más amplio. Entre los datos que apoyan esta afirmación podría citarse el detallado estudio sobre los efectos de la castración y excisión de las vesículas seminales y conducto deferente en la tuberculosis, publicado recientemente en la Revue Médicale de la Suisse Romande por la Princesa Guedroytz de Béloséroff, del que apareció una recensión en el resumen del British Medical Journal del pasado 24 de junio. Pero parece que el Dr Peterson apunta sobre todo al campo de la investigación en el laboratorio. En su opinión, en las delicadas manipulaciones de este tipo de trabajo, los hábiles y precisos dedos de las mujeres pueden hacer que en comparación las manos de los hombres parezcan aletas de foca. Añade el Dr Peterson que los siglos dedicados a un fino trabajo de cosido, bordado o ganchillo han entrenado a esos dedos para las tareas de preparación de cortes, tinción y los múltiples procesos analíticos y sintéticos que requieren los modernos métodos de investigación científica.

(BMJ 1899; ii: 105. Recogido en BMJ 1999; 319: 163)


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